Reforestación Alapont en La Casella. Crónicas de algunos asistentes.

En primer lugar, todo el equipo de Alapont queremos daros MIL GRACIAS por vuestra colaboración, tras el éxito cosechado en la reforestación de la zona de “la casella” (Alzira).

Ascensores Alapont

Podríamos narrar nosotros mismos como fue la experiencia, pero lo que realmente nos gustaría es saber cómo la vivisteis vosotros. Por eso, pedimos a varios asistentes que nos contaran, cómo vivieron ellos la experiencia. Y aquí os lo plasmamos tal cual lo recibimos:

Leo , de Alzira, nos escribe:

» A ver cómo dejamos de mirarnos el ombligo….

Un día, cuando cursaba los últimos años del instituto el profesor de dibujo nos dijo que mirásemos hacia arriba, fue entonces cuando entendí que había muchas más cosas de las que yo miraba, un fondo celeste intenso, variedades de formas y verdes de los árboles, el movimiento que les deba la brisa, las caras de las nubes….hoy, 35 años después, lo recuerdo en medio de la Casella donde hemos venido invitados por el Grupo Alapont a sembrar semillas que en algunos cuantos años serán árboles que mirar. Mi hija junto a sus amigas y amigos, decenas de ellos y sus padres, tomamos contactos con este modo de ver la vida, muy sencilla en protocolos pero enorme en experiencia y energía vital. Darse cuenta de ello es un gran paso para todos, pero aún más para nuestros hijos, son ellos quienes recogerán los frutos y el deber de seguirlo. Gracias a Alapont por darnos una vez más la oportunidad de dejarnos de mirar el ombligo para sembrar algo de nuestro futuro.» 

Reforestación Alziratecnica reforestación natural

Manu, de Alzira nos cuenta :

«¿Que hicimos el domingo en “la Casella”?, ¿Para qué sirvió? ¿Que se buscaba por parte de los promotores? ¿Es una moda? ¿Postureo mercantilista?… Estas y algunas más, serían preguntas que nos podrían surgir a los que acudimos  a “La  Casella”  de Alzira para participar en una reforestación.

Pues sí, al final se repobló, con miles de semillas de especies autóctonas, tan autóctonas que las recogimos de los propios árboles y arbustos de la zona. Ana Abellanas, una ingeniera agrónomo y docente de instituto, de forma voluntaria y totalmente altruista, nos descubrió una nueva forma divertida y efectiva de reforestación.

En primer lugar nos explicó cómo obtener semillas en la misma zona, y pudimos recolectar  muchas y variadas. Obviamente, Ana venia preparada con semillas de murta, algarrobo y otras variedades, por si acaso no conseguíamos suficientes. Después, nos enseñó el método Nendo Dando: mediante unas “tortitas” de arcilla, un poco de compost orgánico como alimento, y la introducción de las semillas en su interior, formamos unas pequeñas “bolas” que luego esparciríamos por el área afectada por los incendios. Lo que el domingo hicimos en “la Casella” fue un trabajo colectivo e innovador, que nos aportó un conocimiento que algunos, como es mi caso, no teníamos hasta ese momento. 

Hasta aquí todo claro, pero, ¿qué es lo que en realidad hicimos?  sentir , respirar , aprender, compartir ,oxigenarse, educar, en definitiva, vivir que es de lo que se trata.   Aún más, me atrevería a decir una cosa, los adultos que fuimos, estamos concienciados de la importancia  de mantener nuestro hábitat natural, por eso estábamos allí. Pero los niños que nos acompañaban se llevaron mucho más que nosotros, aunque seguramente no se den cuenta hasta dentro de unos cuantos años, cuando pasen por la zona y vean lo que hicieron. Se les enseño teoría desde la práctica, con lo que ese conocimiento no se les olvidará en la vida, porque está basado en la experiencia. Los adultos sabemos que nuestras experiencias son nuestras, y son la base de lo que somos cada uno de nosotros. Hicieron un ejercicio de generosidad enorme. Buscaron sus propias semillas, hicieron sus bolas y las compartieron con todos, poniéndolas en una zona común, para luego ser lanzadas  en las zonas a reforestar. Asumieron una responsabilidad, no valía tirar la bola en cualquier sitio,  tenían una misión, que era buscar lugar donde no hubiera árboles. No esperaban una recompensa, lo hicieron porque quisieron y sin esperar nada a cambio. Simplemente lo hicieron. Sinceramente creo que no hicimos una reforestación, creo que fuimos un poco más allá y que  todos los que acudimos a esta actividad, tanto grandes como pequeños nos despertamos el lunes con la sensación agradable haber hecho lo correcto.»

Os dejamos aquí el acceso a la galería de fotos:

fotos reforestación Alapont

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